viernes, 5 de junio de 2015

Nunca crea que un problema es imposible de solucionar.


Estas nueve palabras le darán la actitud correcta para encarar la resolución de problemas.
Ahora bien, usted quizás piense que existen problemas imposibles de solucionar. Pero, eso simplemente significa que no ha encontrado la persona justa para ayudarlo, o que no ha trabajado lo suficiente o que no lo ha pensado con detenimiento. Debe hacer uso de otros recursos. Todo problema tiene solución.

Defina el problema claramente por escrito:

Es necesario que lo vea delante de usted. No piense el problema, escríbalo! Mientras no lo vea, correrá el riesgo de confundir los síntomas con el problema en sí. Al escribirlo claramente podrá separar los síntomas del problema real. Una vez que comience a visualizar todo el tema, su mente podrá comenzar a ver las soluciones.

Organícese para dividir y vencer sus problemas:

Los generales que realmente saben de estrategia militar no atacan todos los frentes simultáneamente; buscan un área débil en el frente, y atacan ese punto hasta que logran abrir una brecha. Si usted tiene un problema que es necesario atacar, divídalo en partes. Supongamos que al observar el problema usted distingue 5 áreas de dificultad; pregunte cual podría resolver más rápidamente y ocúpese de ello. Ahora el problema es un poco más pequeño. Ya no hay cinco partes, sino solo cuatro. Así que enfrente la próxima… y continúe haciéndolo hasta que haya desaparecido todo el problema.

Haga una lista de las personas y los recursos que podrían ayudarle a solucionar su problema:

Comience a reunir recursos que puedan ayudarle a solucionar el problema: libros, grabaciones, personas. Nadie es una isla, y nadie resuelve los problemas sólo. Este es un aspecto que muchas veces se deja de lado cuando se trata de resolver el problema. Muchas veces las personas tratan de resolver sus problemas y usan solo sus propios y limitados recursos, en lugar de usar la experiencia que puede aportar una ayuda externa.

Haga una lista de los posibles cursos de acción que se le ocurran:

Escriba cinco o seis soluciones posibles. Muchas personas no resuelven los problemas porque intentan solo una solución. Si esta no funciona, llegan a la conclusión de que el problema no tiene solución. Si me tomo el tiempo necesario para escribir todas las opciones y después comienzo a atacar el problema desde diferentes perspectivas y diferentes puntos de vista, al menos una opción será una solución viable.

Visualice los diferentes cursos de acción:

Repase mentalmente el proceso antes de intentar poner en práctica la solución. De esa manera podrá eliminar algunas opciones, porque se dará cuenta fácilmente de que no funcionarían.

Elija el mejor curso de acción y póngase en marcha:

No se detenga en la elección; póngase en movimiento. Mire el problema, elija el mejor curso de acción y póngalo en práctica.

Nunca permita que los problemas le impidan tomar una decisión correcta:

Muchas veces nos sentimos tentados a convivir con los problemas, porque si los solucionamos, alguien se sentirá herido. No evite una solución correcta por buscar una salida fácil. Esto es especialmente crucial para los líderes. Los verdaderos líderes toman la decisión que es correcta aunque no les resulte agradable a todos.

Lo que usted ve y lo que usted busca determinarán su éxito o su fracaso:

El éxito en resolver problemas tiene más que ver con la persona que con el problema. Quizá usted no pueda elegir el problema, pero sí puede elegir la forma en que responderá a él. No es lo que le sucede a usted; es lo que sucede en usted. El problema no es problema…una vez que usted lo ve bajo la luz correcta y toma una decisión correcta.