viernes, 22 de agosto de 2014

Psicología Positiva.


Día a día vivimos atiborrados de novedades tecnológicas, upgrades, aplicaciones y tendencias, olvidando quizás que el verdadero crecimiento empresarial radica en la calidad humana de las personas que integran cada proyecto y los valores que los mismos manifiestan.

Teniendo en cuenta que un empleado promedia un tercio de su día en su oficina de trabajo y que un CEO o emprendedor le dedica casi 12 horas de su tiempo a temas relacionados con su actividad, es lo más común que si se carece de armonía en el clima laboral o surgen conflictos permanentemente, ese empleado o emprendedor rápidamente se verá afectado psicológicamente por las situaciones desbordantes.

Aquí es cuando el término “Psicología Positiva” cobra fuerza y se impone como una verdadera alternativa para prevenir posibles inconvenientes en el espacio laboral, y elaborar desde sentimientos positivos como la creatividad o la realización una guía de acción para lograr en cada rol laboral y en cada persona el ansiado crecimiento y éxito desde una startup, una pyme o una gran empresa.

En las organizaciones tanto las sensaciones positivas como las negativas tienen un carácter contagioso. Es por eso que incentivar, dar espacio para el crecimiento y cultivar personas con actitud entusiasta no sólo trasmitiría ese bienestar hacia sus pares y jefes, sino que sería un remedio infalible para evitar problemas y stress laboral.

Ahora bien, uno de los pilares fundamentales a la hora de obtener resultados satisfactorios es la capacidad de aplicar los contenidos teóricos o de origen conceptual a las pequeñas decisiones y actos de todos los días.

Ya sea pequeña, mediana o una gran corporación, el CEO, gerente de RRHH o dueño debe encargarse de pautar e implementar medidas que apunten al trabajo cooperativo e inclusivo que fortalezca la comunicación y permita un buen clima laboral.

Mucho se ha hablado del valor de la competitividad entre miembros de una empresa para promover la excelencia y elevar las capacidades individuales al máximo nivel, si bien es cierto que contar con una dosis de ambición favorece a la concreción de metas propuestas, y que la competencia es inherente al ser humano, hay que detenerse a examinar el tema para encontrar en uno mismo el equilibrio entre el propio crecimiento y el de los demás.

Atreverse a ir incorporando nuevas prácticas más humanizadas con respecto a los empleados es el gran paso para lograr un ambiente saludable y grato. Se pueden realizar encuestas anónimas o bien delegar en un responsable un revelamiento sobre aquello que los integrantes más anhelan.

Es popularmente sabido que una persona para crear y rendir al máximo debe distenderse y relajarse, por ello incorporar medidas que ayuden a renovar el aire no solo favorecerá la producción final sino que también fomentará relaciones interpersonales placenteras.