miércoles, 27 de febrero de 2013

Principios para lograr un trabajo en equipo exitoso.


• El principio de dar poder, entendiendo este como fuerza positiva utilizado para fortalecer a los demás, que motiva, guía, facilita y vigoriza a todos los miembros del equipo. El tipo de poder que hace que los otros se sientan más fuertes y no más débiles como resultado de nuestra interacción con ellos. Olvidarse de las jerarquías, reconocer los puntos fuertes de los demás, respetar los esfuerzos de los demás concentrándose en lo que han hecho y no en lo que han dejado de hacer, e incluir a los demás en la planeación, la solución de los problemas y la toma de decisiones.

• El principio de Cooperación, entender que la colaboración es mejor que la competencia, que trabajando todos juntos podremos lograr nuestros objetivos. Los equipos que siempre triunfan son aquellos en los que los jugadores ayudan a que todos los demás se destaquen, no los que tienen a una superestrella que sobresale a costa de los demás, sino que se debe encontrar un equilibrio entre los talentos de todos los miembros del equipo.

• Evitar las trampas del pensamiento basado en dos valores excluyentes. No todo se debe medir como correcto o equivocado. Normalmente la cuestión es identificar que es lo mejor de acuerdo con las circunstancias. La mayor parte de las decisiones implican múltiples valores, dependiendo de la situación, y casi todas las situaciones se pueden analizar apropiadamente si se las mira desde perspectivas diferentes.

Sin embargo debemos, evitar la parálisis en el análisis y no llegar a una conclusión rápidamente, evitar la indecisión y recordar también que algunas decisiones sólo implican dos valores como por ejemplo actuar con la ética personal o los valores de la organización.

• Los problemas deben resolverse con miras al futuro, no al presente ni al pasado, debemos influir en el futuro. Para esto debemos desarrollar una visión común, asegurarnos que todos los esfuerzos coincidan con un propósito común y con metas claras. Debemos resolver problemas futuros sin culpar ni criticar a los demás por cosas pasadas. Debemos también crear una sensación compartida de identidad y responsabilidad.
Esto no significa ignorar el presente, debemos basarnos en la realidad y tener en cuenta las capacidades como también las limitaciones actuales. Tampoco debemos ignorar las lecciones del pasado, sino aprovechar la experiencia aprendiendo de ella y aplicarla para triunfar en el futuro.